jueves, 22 de octubre de 2020

Reseña Literaria (Cecilio Olivero Muñoz)



Fernando López Guisado

Vestido de verde hacia Nunca Jamás

Ediciones Vitruvio, 2020


En primer lugar quiero recordar aquellos días de confinamiento en que salíamos a las 20:00h. para aplaudir a los valientes sanitarios. Ahora volvemos a estar mal según los telediarios. Volvemos a estar mal por la mala cabeza de algunos, pero ahora de lo que voy a hablar es de héroes. De héroes y no de villanos, en este poemario sin muchos adornos, aunque con unos versos intrincados en el tema amatorio de manera que nos hace pensar en nuestras vidas de pacientes impacientes. Digo todo esto, porque, Fernando, además de ser uno de aquellos héroes que aplaudíamos algunos, es un poeta sensible que se autodenomina friki, es porque le atraen los cómics, y los juegos, digamos que no ha perdido el niño aquel que fue, por eso lo de friki, por eso el arquetipo de Peter Pan y su país de Nunca Jamás, no perder la patria del hombre que es la Infancia y como poeta no dejar de soñar un mundo al revés. Digamos también que es un héroe posmoderno, ya que aglutina en este poemario interesante y fácil de entender, una serie de narraciones (ya que su poesía es narrativa) valientes y repletas de sensibilidad, pero no entendamos por sensibilidad que sea hipersensible o empalagoso, no, es un poemario de amor, ya que el lector puede encontrarse en él unos poemas de amor, otros de idiosincrasia elegíaca, y otros de humor, o mejor decir, de pura ironía sanadora, porque hace justicia. Hace justicia como Peter Pan cuando se viste de verde y se convierte en amante para su Campanilla que él describe con un amor sincero y puro. 

Lo mejor de este poemario es que no aburre, y como no aburre se lee de una sentada, aunque sí lo lees despacio, como ha de leerse la buena poesía, encuentras tesoros en imágenes, en metáforas, en un compendio de virtudes que invitan a darnos cuenta lo complicada que nos hacemos la vida y lo breve que resulta en una sala de rayos X, o en un quirófano. Eso, sin olvidar nunca a su campanilla, y a hijos, y familiares y amigos. Porque este poeta es un padre de familia como muchos, pero con la materia inexplicable con que se tejen los hilos de los sueños. Léanlo a paso lento, o como lo prefieran leer, pero léanlo, lean a Fernando López Guisado en esta crónica o foto fija vista en primera fila de esta terrible pandemia. Cuando lean este poemario preciso y precioso, verán a un hombre que arrastra con él una experiencia que conmueve, que invita a reflexionar, y nos hace entender que la vida es efímera, que el amor es lo único por lo que vale la pena vivir, y nos conmueve con su experiencia como un personaje más que debemos de tener en cuenta, y cuidarnos, y vivir los días, ya que los días buenos son menos frecuentes entre la rutina hospitalaria, pero debemos, eso, cuidarnos y valorarnos. 

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