domingo, 31 de octubre de 2021

Reflexiones de una ondjundju-Por que no quiero ser feminista-Juliana Mbengono



¿POR QUÉ NO QUIERO SER FEMINISTA?


Algunos activistas con una labor casi política rechazan que se les llame políticos. Se entiende, no están afiliados a un partido político ni trabajan para el gobierno, pero realizan actividades con un gran impacto social y la población les hace caso. Un ejemplo es el grupo Y´en a Marre en Senegal o Sin Mordaza en Venezuela. Igualmente, aunque algunos de mis relatos y poemas “reivindiquen los derechos humanos para las mujeres”, yo sigo rechazando que me etiqueten como feminista. Simplemente, no me hace falta ser feminista para saber que el horizonte de mis ilusiones no debería ser precisamente un marido y unos hijos a los que atender, cosa que tampoco me parece horrible; tampoco necesito ser feminista para reconocer un anuncio publicitario que denigra a las mujeres sexualizandolas. 

Al igual que la política, el feminismo “sirve a la sociedad y contribuye a su mejora luchando por la igualdad/equidad entre hombres y mujeres. Peleando para que las mujeres gocemos de los derechos humanos”. Hay personas que realmente se están dejando la piel por esta causa y les admiro y respeto bastante. Pero, igual que los políticos con las contribuciones y los pastores con los diezmos, el feminismo también está siendo utilizado por muchos para sus intereses personales y egoístas; para codearse con gente de la alta clase, para “empoderar a las mujeres” y seguir siendo el papa que corona y recibe diezmos de las instituciones por su excelente labor social. Lo otro es que, para mí, el problema ya no es el machismo. El problema es el egoísmo y la falta de educación. 

Yo también creo que la cultura, el patriarcado, y un largo etc. tienen una fuerte influencia en nosotros y hace falta luchar y trabajar para mejorar la situación. Pero, no creo que podamos hablar de machismo donde hay amor y una buena educación, ni creo que el feminismo guineano o malabeños contribuya a la unión y a la equidad.

En plena era digital y con la información al alcance de la gran mayoría, no creo que las jovencitas sigan creyendo que su mayor logro sea encontrar un marido; esta aspiración, antes que, por una sociedad machista, se debe a la miseria económica en la que viven muchas familias. A diario nos enteramos de mujeres con logros impresionantes. La juventud actual tiene referentes. 

He tenido la oportunidad de ver que si trato de imponerles la visión feminista de la noche a la mañana a quienes me rodean, se sentirán atacados y, en consecuencia, se pondrán a la defensiva. Dado que todo ya es un negocio, quizás esa sea la reacción que buscan algunos miembros del movimiento feminista para mantener sus empresas a flote. Debe haber algún problema contra el que luchar para que las campañas financiadas tengan sentido. Mientras tanto, y a pesar de tanto esfuerzo, incluso en los círculos de intelectuales se sigue creyendo que una niña es culpable de su violación por coqueta o desobediente. Hace falta mucha educación.

El tema es demasiado amplio y tiene muchas ramas. Pero, en Guinea Ecuatorial, el feminismo sigue siendo un chiste y hace falta mucha educación antes de hablarle a nadie de feminismo y revoluciones. Las mujeres siguen exigiendo que sus hombres paguen su traje del ocho de marzo con el que irán a “celebrar la manifestación”. Las jóvenes que saben que no tienen por qué lavar o cocinar para sus parejas son las mismas que creen que es un deber de ellos “ayudarlas” económicamente; es decir, cubrir sus caprichos y gastos económicos.

sábado, 23 de octubre de 2021

Felicidad Blanc (Juan A. Herdi)



Felicidad Blanc



«No cabe duda de que el dolor y la soledad son las dos cosas que hacen a una persona». Se lo dice Felicidad Blanc al periodista Ismael Fuente Lafuente en 1976, al calor del documental de Jaime Chávarri El desencanto, tan polémico. La frase contiene sin duda dos rasgos muy interiorizados de aquella mujer, recordada durante mucho tiempo como esposa y madre de poetas, en un intento ahora de recuperarla como escritora, autora de un número indeterminado de relatos, algunos de ellos publicados en revistas importantes de los años cincuenta y sesenta, Espadaña, Ínsula, Cuadernos Hispanoamericanos, cuentos que poseen ese dolor y esa soledad mencionados, pero también contienen el desasosiego del personaje, el mismo desasosiego que transmite Espejo de sombras, aquellas pretendidas memorias que recogió Nati Massanés en unas grabaciones que luego se transcribieron de forma fidedigna y que pueden leerse también como una crónica de época.

No en vano los Panero reflejaron esa época y tal vez, yendo más allá, la deriva del país. Hubo quien encontró en esa familia, ahora extinta, fin de raza puesto que ninguno de los tres hijos del matrimonio tuvo descendencia, una analogía con la España del momento, que pudo ser y no fue. O fue de otro modo, una heterodoxia vital convertida en controversia o en mera imagen estereotipada. El esplendor cultural de los primeros treinta años del siglo XX, la edad de plata de la cultura española, en palabras del profesor José Carlos Mainer, se diluyó a golpe de una guerra (in)civil que fue también un corte social tremendo para el país. Pero la nueva España tampoco resultó la deseada por aquel grupo de poetas e intelectuales adheridos o próximos a la Falange, entre los que estaba Leopoldo Panero, no así Felicidad Blanc, que durante los años de la República, joven aún pero atenta a lo que le rodeaba, albergó no pocas simpatías por esta. A diferencia de otros correligionarios, Dionisio Ridruejo, José Luis López Aranguren o José María Valverde, entre otros, que se comprometieron incluso contra el régimen, Leopoldo Panero nunca se pronunció, pero habló, sí, en privado, de decepción y desesperanza. De todo ello fue testigo Felicidad Blanc. Testigo discreto, siempre a la sombra, tan diluida su figura entre penumbras. 




Sin duda se trató de una sensación de decepción y desesperanza muy parecido al que ella misma acabó sintiendo a la vista de su propia evolución, su vida sufrió también varios cortes, dejando siempre atrás demasiadas cosas, «un mundo perdido que ya no volverá». La joven de familia bien, culta, aunque no estudiosa, al menos en lo que se refiere a los estudios reglados, que admiraba la cultura francesa y leía a sus autores con pasión, los bombardeos en Madrid le pillaron con frecuencia leyendo Madame Bovary, no fue ajena a esos sentimientos, ni durante su juventud ni mucho menos después, con toda la carga que otorga la experiencia. Se casó con Leopoldo Panero y lo acompañó a Londres, en su trabajo en el Instituto de España, donde pasó quizá sus mejores meses, en compañía de Luis Cernuda, ya una mujer, no la joven que fue, pero tuvo que renunciar, pese a sus intentos literarios, a su propia creatividad, tal vez a su propia vida, a sus anhelos, incluso aquel matrimonio con el poeta no era ni de lejos lo que ella habría ansiado, con las asperezas de una cotidianidad tan austera, tan distinta a lo esperado. Inspira a Leopoldo Panero varios poemas, sí, algunos de los que aparecen por ejemplo en Escrito a cada instante, pero como ella misma afirma, «(…) el libro va por un lado, y nuestra vida por otro».




Leopoldo Panero muere en 1962, otro corte en la vida de Felicidad Blanc. Sus hijos comienzan a ser años después figuras relevantes en la vida cultural española, durante la eclosión cultural que se da a finales del franquismo y sobre todo a inicios de la democracia, unos hijos que descubren de pronto a su madre a medida que se van desgajando de la figura paterna, ella los acompañará a actos y saraos, participa de cierto renacimiento cultural, incluso interviene en algunas películas, papeles muy secundarios, pero que le recuerdan sus pinitos en el teatro, de joven, aquella vaga inclinación por ser actriz. Pero esa época tiene sus claroscuros, los problemas de sus hijos, la compañía cálida y benévola a Leopoldo María, y sobre todo el mismo desencanto y la desesperanza que le ha acompañado siempre. Ella misma reconoce «que las cosas no viven más que dentro de uno mismo y que es inútil tratar de revivirlas»

1976 será el año del documental El desencanto. Los amigos de Leopoldo Panero y de su familia se echan las manos a la cabeza, apunta a un ajuste de cuentas en toda regla, la figura del poeta no parece quedar en buen lugar. En cambio fascina ella, Felicidad Blanc, y su forma de explicarse, de evocar el pasado, incluso de justificarse, el tono de su voz y la entonación suave de sus palabras nos deslumbra y sorprende, atrae, resulta a todas luces muy atractiva, es imposible no escapar a su encanto, a esa mezcla de clasicismo y modernidad, imposible no desear con vehemencia saber más de ella. Ocurre incluso hoy, cuando se vuelve a ver la cinta, ya quedando todo eso muy diluido por el tiempo y el olvido. Nati Massanés, en aquel momento, le propone unas memorias para la editorial Argos Vergara, que ayudará a preparar y se publican en 1977, Espejos de sombras. La editorial Cabaret Voltaire recupera el libro en 2015. La editorial sevillana Renacimiento, por su parte, en sus ediciones Espuela de Plata, reúne varios de sus relatos breves bajo el título La ventana sobre el jardín, con un breve estudio de Sergio Fernández Martínez. De este modo recuperamos a una mujer que ve pasar ante sí una época apasionante, una escritora de lenguaje afinado y que nos evoca la tristeza del final de las cosas. 

sábado, 16 de octubre de 2021

Reflexiones de una ondjundju-Ser escritor-Juliana Mbengono



SER ESCRITOR EN LA ERA DE LOS BLOGS Y LOS CERTÁMENES


Puede que sea cuestión de tener las cosas más claras o saber lo que se quiere en la vida, como dirá alguno; pero, a veces, al publicar un poema o relato diferente en mi blog siento que me arrepentiré. Algo me dice que este trabajo podría haberme servido en el futuro para un certamen y compartirlo gratuitamente en el blog es un desperdicio.  Por otra parte, me gustaría que me lea el mayor número de gente posible, además de saber qué les ha parecido mi trabajo, y esto es menos fácil con las obras que resultan ganadoras en un certamen literario.

Además de que las obras publicadas en un blog ya no son muy aptas para concursar en un certamen, también está la soledad con la que el escritor de un blog debe lidiar. Capplannetta lo sabe de sobra y habla de ellos con mucho detalle en su libro Cibernética Esperanza. A veces, ves un gran número de visitas en la interfaz, pero no hay un solo comentario. No sabes si en realidad te han leído esas doscientas personas o si es algún fallo y en realidad solo te han leído diez. De esas diez personas, tampoco estas seguro de que la mitad haya llegado a la mitad o al final del relato. Es como si escribieras para unos fantasmas; sin embargo, te sientes agradecido porque te leen y sigues escribiendo, sintiendo que debes publicar algo ya, que llevas mucho tiempo sin escribir para el blog. 

He llegado a preguntarme si no tengo cosas mejores que hacer con mi tiempo, pero acabo sintiéndome peor cuando dejo de escribir para Popó Mango. Siento que le fallo a alguien, aunque sea una sola persona, y las otras cosas a las que quiera que empiece a dedicar más tiempo acaban resultándome menos satisfactorias. Entonces concluyo que es por pasión. Igual, si no existieran los blogs, seguiría escribiendo en los cuadernos como lo hacía en la escuela y me conformaría con que me lean dos amigos y ya. 

También he llegado a preguntarme si leería todo cuando escribo yo si lo escribiera otra persona. La verdad es que no he encontrado una respuesta, pero leo todas las publicaciones de unos cinco blogueros, a veces con mucho retraso, cuando tengo suficiente dinero para internet. A veces descargo los post para leerlos más tarde sin conexión o los copio y pego en un nuevo documento cuando estoy usando un ordenador público. Quizás, aquellos que me leen hacen lo mismo y por eso muchos no llegan a comentar ni dejar su opinión.

Antes de descubrir que yo también podía tener un blog, me limitaba a navegar en busca de una información específica y ni me molestaba en comentar, suscribirme, etc.. No hacía nada, por más interesante que me pareciera la información. Bueno me quedaba con los nombres de algunos blogs como el de Diana P. Morales o Gabriella Literaria y ya. Ahora que conozco todo el sacrificio y esfuerzo que conlleva mantener un blog bien nutrido, me toma el minuto necesario para dejar un comentario o simplemente darle clic al dedito o al corazoncito. 


martes, 12 de octubre de 2021

Reseña Literaria (Juan A. Herdi)



Lorena Salazar Masso

Esta herida llena de peces

Editorial Tránsito. 2021

Una mujer viaja con un niño por el río Atrato, en el Chocó colombiano. El niño llama a la mujer Ma, pero él es negro y ella, la narradora, blanca. A pesar de ello, nadie parece sorprenderse de su mutua compañía, estamos en un mundo de contrastes donde todo es posible y detrás de cada vida hay una historia o un destino que conforma la realidad, que puede llegar a ser muy variopinta. Por lo demás, no sabemos en un principio el motivo del viaje, lo vamos intuyendo a medida que avanzamos en la lectura, mientras la narradora nos describe una naturaleza exuberante y generosa, nos habla de las personas con quien viaja y con quien se cruza, nos relata los incidentes del trayecto, no siempre gratos, los peligros están siempre al acecho y la muerte demasiado presente.

De este modo, el propio río se vuelve una metáfora del destino y que va reflejando los ecos de una realidad tan insospechadamente presente. La mujer, al mismo tiempo que contempla lo que le rodea, incorpora al relato un sinfín de emociones y sentimientos que tienen que ver en gran medida con el niño al que cuida, pero también con los propios miedos y las dudas, al tiempo que con su pasado. Brotan los recuerdos que se incorporan al relato, forman parte de él. Todo conduce, inevitable, a ese destino tanto físico como emocional ante el cual, intuimos, nada es seguro, estamos a merced de los acontecimientos sobre los que no tenemos ningún dominio.

Por lo demás, se trata de un relato en el que llama la atención la presencia de unos personajes femeninos fuertes y que sin embargo, como le ocurre a la propia narradora, no ocultan sus propias cuitas y temores, las muestran incluso, lo que les vuelve a todas luces mucho más resueltas para establecer unos lazos recíprocos que les exige la necesidad de supervivencia. Aunque tal fortaleza no las salvará del propio destino.

Va así desgranándose el relato de esta primera novela de Lorena Salazar Masso. Con una prosa directa, sin ambigüedades, va construyendo este torbellino de sensaciones y emociones que atrapa al lector y lo incorpora a la trama, a una sucesión de hechos que no dan respiro y cuyo final, inesperado, impresiona y deja un poso de desasosiego e inquietud.

De este modo, Lorena Salazar Masso se incorpora plenamente a la literatura colombiana, cuya tradición, permítaseme el tópico, es una de las más potentes de la literatura tanto en castellano como mundial. En todo caso, por sí misma, estamos ante una novela bien construida, bien hilvanada, que no ha dejado nada en el tintero y en la que tampoco sobra nada. Sin duda, uno de los descubrimientos del año.

sábado, 9 de octubre de 2021

Milestone (Cecilio Olivero Muñoz)



Miles Davis es sin duda el trompetista afroamericano con más personalidad del siglo XX y todos los tiempos. Su trompeta de latón galvanizada en cobre posee un sonido inconfundible. Odiaba que denominarán lo que él hacía como Jazz. Tuvo problemas con la ley por ser de raza negra. Cuando le dieron la medalla de las artes en Francia, al bajar del avión dijo con cierta retranca: -¿qué ocurre con ustedes que no han visto a un negro de clase media? 


No se sorprendía por que en Europa admiraran su manera increíble de crear silencios y notas sostenidas con su trompeta. Sin duda asombró a Dizzy Gillespie y Chet Baker por sus solos de trompeta. Tenía una personalidad introvertida y con fuerte poder de seducción, tanto en un escenario como en persona. Grabó un disco sobre el concierto de Aranjuez llamado Sketches of Spain, adelantándose al disco de John Coltrane Olé. 

 

Su nombre real era Miles Dewey Davis III. Nació en Alton Illinois un 26 de mayo de 1926. Y murió en el 1991 en Santa Mónica, California. Él solía decir: para mí decir Jazz es decir negro. Su problema era la cocaína. Pueden encontrar en YouTube su entrevista y concierto Miles Ahead. Homenajeó a Pablo Picasso, realizó bandas sonoras para películas. En Francia lo apreciaban mucho. Su discografía es tan amplia y tan variada que de él podemos decir que era un genio, tuviera la personalidad que tuviera. Su disco cumbre es Kind of Blues. Fue íntimo amigo de Charlie Parker, The Bird, como lo llamaban músicos en el backstage. Miles Davis es todo un referente musical, por lo cual deberían homenajearle en los Estados Unidos.





  También es importante recalcar sus grabaciones con Charlie Parker ‘Bird’, también con John Coltrane, Chet Baker. Tiene su peculiar versión del clásico Autumn Leaves. Era amigo de John Lennon, y actuó en todo el mundo. Con su voz ronca lograba que la trompeta hablara. Murió de neumonía. Fue un hombre genial pero lo genial no tiene nada que ver con la personalidad. 

martes, 5 de octubre de 2021

Reflexiones de una ondjundju-El éxito está reservado-Juliana Mbengono



EL ÉXITO ESTÁ RESERVADO PARA LA JUVENTUD Y LA VEJEZ


¿Qué es el éxito? ¿Cuándo podemos decir que hemos tenido éxito en la vida? Ahora que todo va tan rápido, parece que la vejez también se ha vuelto prematura. Un día eres niño o niña para todo y al día siguiente te parece que ya es demasiado tarde para ir tras las metas que pretendías alcanzar cuando seas mayor; porque los demás las alcanzaron mientras jugabas al escondite con tus padres y te parecía que no hacía falta ir con tantas prisas por la vida.

Si no llegas a licenciarte u obtener el master antes de los 25 años, quizás tengas que esperar a cumplir 80 años para que te aplaudan con sinceridad por ese logro, en vez de recibir un frio “¡Enhorabuena!” o un “ya era hora. Al fin lo lograste”. Bueno, llegados a este punto, alguien dirá que no debemos vivir para impresionar a otros o esperar elogios; pero, el espíritu de la competencia y las comparaciones tiene mucha fuerza en los jóvenes. ¿Quién quiere ser un parado de veintisiete años que sigue viviendo con sus padres cuando el primo, vecino o amigo ya tiene una vida independiente y es quien cubre parte de los gastos de sus padres?

Tener treinta tacos ya es ser muy mayor, es estar al otro lado de la línea. Toda la vida se queda entre los quince y los veinticinco o veinticuatro. Si en esos diez u once años uno no consigue un título académico, ser la estrella del momento, formar una familia, crear una empresa u otra cosa que el mundo esté usando actualmente para medir el éxito, estará siendo el último en llegar a la meta. La única Salvación que le queda es lograr esas “proezas” después de los 70: siempre ha sido llamativo, entrañable y conmovedor que los ancianitos hagan cosas de jóvenes. 

La realización personal está siendo relegada a un segundo plano porque el éxito material tiene la cara de un joven. Incluso cuando las estrellas del cine, la música, el deporte y los hombres más ricos del mundo no sean precisamente jóvenes de menos de veinte años, los medios de comunicación se las ingenian para demostrar que ya eran grandes deportistas, cantantes o empresarios antes de saber atarse los cordones.

Parece que la gran mayoría de la gente necesita desarrollar una inteligencia emocional excepcional y una personalidad de acero con un grado de autoestima que roce la arrogancia. Sólo así podrán seguir emocionándose de verdad por sus logros en vez de sentir que al final pudieron acabar la tarea que los demás lograron realizar a tiempo

Es paradójico e incluso irónico que, actualmente, con los avances en la ciencia y la medicina, que suponen un aumento de la esperanza de vida, la gente esté más ansiosa por vivir deprisa antes de hacerse muy mayor para la mayoría. Bueno, quizás todos queremos ser Jay Z y JLo para vivir los cincuenta como si fueran los quince; mientras tanto, los quince pasan y nada nos garantiza que vayamos a tener el mismo “éxito” o que la vida no nos vaya a sorprender con uno de sus reveses. Lo peor de todo es que llegamos a tener buenas oportunidades y las dejamos pasar porque podemos aspirar a más, después de tantos errores y frustraciones acabamos conformándonos con cualquier cosa para no ser unos absolutos “perdedores”.

sábado, 2 de octubre de 2021

The Bowles marriage (Cecilio Olivero Muñoz)



El matrimonio Bowles residía en Tánger y de tanto en tanto venían amigos a visitarlos, y cuando era el tiempo de la juerga acudían Truman Capote y otros errantes estadounidenses, a llevar todos ellos una vida licenciosa. A Paul fueron a buscarlo Allen Ginsberg y Willian Burroughs, al parecer en busca de heroína. De ahí surgió la novela de Burroughs Yonqui. Durante su juventud, Paul fumaba hachís y marihuana, y bebía en exceso. Truman Capote tenía una casa en la Costa Brava catalana y se desplazaba a Tánger en busca del matrimonio Bowles. Muchos amigos españoles se quedaban anonadados cuando tras una jornada de alcohol y grifa se levantaban a primera hora de la mañana y escuchaban las máquinas de escribir a todo trapo. 





En aquella época el matrimonio Bowles escribían sendas novelas. En el caso de Paul El cielo protector y en el caso de Jane Dos damas muy serias, novela con un trasfondo lésbico y bello. Pueden encontrar los dos textos en Anagrama. Jane había conocido a una chica marroquí y según Paul la marroquí sólo la quería por el dinero. Paul detestaba la presencia de la marroquí porque en su opinión ella tenía intereses materiales. 


 Paul le decía a Jane que se cuidara, que si no tendría él que cuidarla. Al parecer Jane mezclaba medicamentos con alcohol, y eso era una bomba de relojería. Jane, en sus últimos días en Tánger, regalaba dinero por la calle a cualquier transeúnte. Cuando estaba más desequilibrada le dijo a un amigo: -Tengo este problema y el verdadero problema está aquí, aquí, aquí, señalando el bolso. Y este amigo le dijo que le diera el bolso. Lo vació en un banco y se encontró envuelto en un pañuelo un pájaro muerto, una chapa, y una cuchara. Este amigo le dijo: Ven Jane, que tiene solución, y primero enterraron al pajarito en un erial cercano a su casa, después se desprendieron de la chapa y después de la cuchara. Y Jane, maravillada, abrazó al amigo y le dijo: gracias, me has salvado. Y el amigo se emocionó, entendiendo el carácter de Jane. 


El final de Jane Bowles fue en un hospital de monjas de Málaga. Jane, judía, se bautizó cuando ya estaba muy deteriorada, demasiado. El nombre y apellido de soltera era Jane Auer. Nacida en 1917 en Nueva York, se casó con Paul siendo este mucho más joven que Jane. Paul advertía a Jane acerca de los intereses materiales de la amiga o amante de ésta. Paul no quería ser parte de ese trío amoroso. Hasta que un día Paul la sorprendió haciendo infusiones de una planta tóxica que te volvía loco o te paralizaba. Jane decía a sus amigos cuando iban a visitarla al hospital psiquiátrico de Málaga: -Por Dios, ¿no puedes conseguir algo para matarme? Paul Bowles estaba disgustado porque se hubiera convertido al catolicismo, pero aun así iba al hospital cruzando regularmente el Estrecho. 


Resulta evidente que era un matrimonio peculiar muy adelantado a su época. Si van a la tumba de Jane, verán lo que dura la gloria de gente que creó y ahora no tiene quién le ponga flores. Es triste que el talento tenga ese fin tan injusto.