sábado, 19 de noviembre de 2022

Federico García Lorca-un poeta para todos-Cecilio Olivero Muñoz

 

En poeta en Nueva York Federico García Lorca nos habla del desprecio hacia los negros, pero también de la valía de esta comunidad que enriqueció la cultura americana actual y también la internacional. En esta imagen totalmente fascista que muestro se hace sátira aberrante, tanto como de Lorca y los negros que aparecían en los comienzos del cine hollywoodiense. Eran blancos que se pintaban la cara y se ponían labios blancos para reflejar su carnosidad típica de sus labios. Un negro limpiando los zapatos de Lorca aunque sea una alegoría al racismo de cuándo Federico visitó Nueva York en el 1929 antes de ser asesinado en el 1936 por lo más despreciable de la España gris y fascista. 


Sin lugar a dudas, Federico resultaba mágico en su defensa del pueblo oprimido, quizá fuese esta la razón de su asesinato, aunque también influyeran otros factores. El franquista Valdés, que era gobernador civil en la Granada del verano de 1936, ejecutó la orden proveniente del fascista y general Queipo de Llano, pero las palabras que lo sentenciaron fueron que le den café, mucho café. El café es negro y es un deleite, pero con esa fórmula se dio muerte al grandísimo poeta y dramaturgo. Lo ordenó el amo y señor de la Andalucía por aquellos años, que era paupérrima y estaba sometida a los caciques. Lo que se mantuvo después de la guerra. 


Los años cuarenta en España fueron años de miseria y podredumbre para unos y buena vida para los defensores del régimen dictatorial franquista. Ya lo denunciaba Jaime Gil de Biedma cuando, irónico, afirmaba: a los ricos ni tocarlos. Esa era la manera de pensar en una dictadura que se mantuvo durante cuarenta años. 


Resulta fundamental la aplicación de la ley de memoria histórica. Se dice que Lorca fue enterrado por decisión de su padre en la Huerta de San Vicente, en Fuentevaqueros. Es una hipótesis. Pudiera ser verdad. Lo que sí es cierto que, como él mismo predecía en uno de sus textos:


 (Quiero dormir un rato

Un rato, un minuto, un siglo

Pero que todos sepan que no he muerto

Cuando se hundieron las formas puras

Bajo el cri-cri de las margaritas

Comprendí que me habían asesinado

Recorrieron los cafés y los cementerios

Y las iglesias, abrieron los toneles y armarios

Destrozaron tres esqueletos para arrancar sus dientes de oro

Ya no me encontraron

No me encontraron

No, no, no me encontraron

No, no me encontraron

No, no, no me encontraron

Pero se supo que la sexta luna huyó

Torrente arriba y que el mar recordó de pronto

Los nombres de todos sus ahogados)





Este es un poema tan profundamente premonitorio que pone los vellos de punta; no se sabe dónde está enterrado. El hecho es que Federico ha sido reconocido como el gran poeta de su época, de su generación por antonomasia. Federico es símbolo de libertad y compromiso social. Quizá por eso lo mataran.  El caso es que la figura poética del (…Destrozaron tres esqueletos para arrancar sus dientes de oro…) es, sin duda, la que más estremece. Pues se sabe que lo mataron junto con dos banderilleros y un maestro cojo. En el verso habla ya de tres esqueletos, ¿y el cuarto? Y luego otro fragmento a señalar es: (…Pero se supo que la sexta luna huyó torrente arriba y que el mar recordó de pronto los nombres de todos sus ahogados…). Es sin duda misterioso, premonitorio y todo un símbolo de su propia muerte. Ya que la metáfora que dice …el mar recordó de pronto los nombres de todos sus ahogados… es tan certero como su asesinato. Ya que parece que nos hablara simbólicamente de la Ley de memoria histórica tan necesaria para curar, dentro de lo malo, aquello que no debemos olvidar. “Los nombres de todos sus ahogados”, más claro no se puede decir. Federico era poeta visionario y gran artista. Demos este homenaje que hace recordar a cada muerto en las cunetas de España enterrados.



miércoles, 16 de noviembre de 2022

¿ESTAMOS LOCOS O QUÉ? (Cecilio Olivero Muñoz)

 


¿ESTAMOS LOCOS O QUÉ?


Los locos no tenemos un Dios anciano,

los locos no tenemos voz, ni conmiseración,

ni consuelo, ni empatizamos con nadie.

Los locos terminamos de morir hace tiempo.

Se reían de Baldomero, sí, se reían descaradamente.

Los locos solamente tenemos lamentos,

gritos babeantes y mucho, pero mucho estigma.

Perdimos la credibilidad con el diagnóstico.

Perdimos la inocencia entre desprecios.

Un loco es un hombre solo,

tres locos son un trío de Rey, caballo y sota de bastos.

La baraja tiene la culpa de nuestra locura,

la hojalata, el llavero entre el terciopelo,

el agua del grifo, la sosegada argucia.

la taquicardia de mamá, los nervios de papá,

el desprestigio que supone dejarte a la deriva

como un haragán que se emborracha de injusticia.

La locura de Nietzsche, la de Don Quijote,

la de tantos y tantos que merecemos soledad.

La risa de los cuerdos,

el apellido olvidado tras los electroshocks,

el veneno que mezclamos con agua para tragarlo.

La locura de Paul Celan, la de John Nash,

es la locura de la que todo el mundo habla.

La locura que tanto temen las muchachas,

la alegría efervescente disipada y sin burbujas.

Estoy desnudo ante los ojos que ríen malvadamente,

estoy sujetado por un vademécum asfixiante 

y ya no creo en los silencios con charla distendida.

Suben y bajan las dosis,

cambian las pautas. 

Te aborrecen en los secretos que se abren

como un paraguas en plena lluvia.

Es un “no parar” continuo.

Un sentimiento de culpa te toca el timbre

y se va corriendo como una broma para más psicosis.

Nadie tiene la culpa,

sin embargo amamos vivir todavía.

¿Qué hay tras las paredes que golpean los chacales?

No debe haber nadie tras una mirada perdida,

pero el latido es una sensación extraña.

Me extrañan seres queridos. 


PENSARES (Cecilio Olivero Muñoz)

 


PENSARES 


Pensar sin pensar que estás pensando,

pensamientos forzados,

aquellos que son tan falsos y estériles 

como una fuente seca.

Morir sin darte cuenta que te estás muriendo,

malos y buenos pensamientos,

dejar de ser esclavo del pensamiento.

Que todo es de colores.

Que el silencio sólo contiene tu voz,

deja de contradecir esa máxima.

Que no hay nada mås fecundo que la libertad,

libertad verdadera, 

libre pensamiento de agua, de roca a roca,

olvida el amarillento miedo

y el gris del oprobio.

Que la Libertad está en tu interior.

Seguro que te estás echando de menos.

Libérate de todo y echa a volar.

Basta de ir en contra tuya.