Puede que sea un mal poeta,
poeta que ignora el rastro
del gitano Melquíades y Zoroastro.
Tal vez solo sea Capplannetta
y me digan las editoriales que no encajo.
Quizá sea un epígono,
quizá sea un fingidor sin trabajo,
quizá sea un mero espantajo,
que pierde del todo el tono
de la voz en su gargajo.
Las majas dicen que soy astro,
los lunáticos me llaman pingajo,
he visto cómo se tocaban el coño
escondiendo el pene o el badajo.
No quieren mi poesía
por que rimo sobre rimado,
no quieren la fina lluvia
y el secarral bosteza boca abajo.
Puede que sea la lidia
del toro manso que mansamente
jamás envidia al toro bravo.
Tal vez sea cacofónico,
quizá sea un poetastro.
Yo vengo y me retengo de asesinato
y puede ser que imite a posta
pero soy poeta valientemente
que para ser queso fui de leche
que procura la magia del cuajo.
Mi identidad parece poca
pero quisiera ser agasajo
y no patíbulo a la hora de la horca,
Capplannetta finjo que me llamo
y Capplannetta soy porque amo
al viejo sueño del río Tajo
con su caudal y su ganchero olvidado,
no recuerdo al funerario rato.
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